Desde el Colectivo «Jóvenes Peruanos frente al Cambio Climático» (JPCC), queremos hacer de conocimiento este pronunciamiento, que expresa el sentir de sus integrantes:
Consideramos importante profundizar el debate sobre las razones que motivan a participar o no en La Hora del Planeta, en un contexto de la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19. Para nosotros y nosotras, la narrativa debe ir más allá del enfoque íntegramente eco-céntrico, pues no es “el mejor mes del planeta”, y contar con un mirada humanística, de empatía: hay miles de personas muriendo y sufriendo por el virus, sobre todo las más vulnerables. Por tanto, desde JPCC consideramos clave compartir un mensaje de justicia climática y justicia social.
¿Qué significa esto? La Hora del Planeta NO ES SUFICIENTE, porque sólo plantea un paliativo frente a la necesidad de una transformación profunda de las estructuras sociales y económicas que rigen actualmente, que tienen asociación directa con las diversas manifestaciones de crisis ecológica, climática, social y económica de hoy. Lamentablemente, hay quienes tienen acceso al poder político y económico, inclusive dentro de las esferas de decisión climática internacional, que no quieren aceptar esta realidad.
También reconocemos que somos jóvenes con el privilegio de acceder a información, que podemos involucrarnos fácilmente en espacios de aprendizaje, diálogo o participación vinculados a la agenda de desarrollo, de manera presencial y en línea. Podemos ser parte del debate con un lenguaje técnico, con una narrativa integral. Esta ventaja no debe ser excluyente: todos y todas tenemos el derecho de participar en los espacios que queramos, de acuerdo a nuestras convicciones, enfoques y propias capacidades. Nos unimos al llamado de articularnos y colaborar para que las brechas entre nosotros y nosotras sean cada vez menores, por nuestro presente y nuestro futuro. Tu lucha es nuestra, de todos y todas.
Finalmente, invitamos a no imponer la visión humana o la de la naturaleza, sino a buscar una visión de armonía entre ambas, en donde los privilegios y la desigualdad dejen de suceder porque estaremos trabajando unidos y unidas para lograr esa coexistencia. Repensemos nuestro modelo de desarrollo hacia un cambio sistémico y profundo, con responsabilidades diferenciadas entre países y sectores socioeconómicos.
Lima, 29 de marzo de 2020.
