El proyecto Transición Justa Latinoamérica (TJLA), que inició en 2020, tiene por objetivo generar un entendimiento colectivo del concepto de transición justa en la región latinoamericana
JPCC se suma como organización juvenil peruana al Equipo Regional y extiende la invitación a otras organizaciones para que se involucren
La transición justa consiste en independizar nuestra matriz energética de las fuentes provenientes de los combustibles fósiles y promover el uso de energías renovables, un asunto urgente en el Perú. Este cambio se basa en los principios de la justicia climática, debido al impacto negativo que tienen los combustibles fósiles en la calidad de vida de las poblaciones ( indígenas, afroperuanas, jóvenes y mujeres), históricamente vulneradas. Es decir, una transición justa implica una mirada interseccional, intercultural e intergeneracional, que debe adaptarse y reinterpretarse a la realidad latinoamericana.
En este contexto, nace Transición Justa Latinoamérica (TJLA), un proyecto que inició en diciembre de 2020 y que promueve un plan de acción conformado por 4 etapas: reuniones iniciales de retroalimentación, encuentros digitales con la participación de organizaciones ambientales, sindicales, feministas e indígenas, elaboración de herramientas que faciliten el acceso a la información, y la campaña central de difusión, sensibilización y articulación.
El proyecto está siendo coordinado por ONG FIMA, ONG CEUS Chile y ONG CERES, y cuenta con el financiamiento del Climate Justice and Resilience Fund (CJRF). Además, contempla la generación de distintos espacios de vinculación y trabajo para diversas organizaciones de Latinoamérica y cuenta con el apoyo de un Equipo Regional, integrado por diversas organizaciones de la sociedad civil.
JPCC se suma a esta alianza, como integrante del Equipo Regional. Como colectivo de jóvenes, reconocemos la importancia de una transición justa en el contexto latinoamericano, dado que nuestra economía se ha caracterizado por su dependencia al petróleo y otras actividades extractivas ligadas a la energía. . Al respecto, buscaremos desde esta alianza articular esfuerzos para incentivar su discusión en nuestra foros y ubicar el tema en la agenda nacional, desde nuestra experiencia y conocimientos de la realidad social
Nos gustaría invitar a que diversas organizaciones y activistas que luchan frente al cambio climático en Perú se unan a este proyecto. Pueden sumarse mediante los Diálogos por la Transición Justa, una serie de webinars regionales abiertos para conversar sobre la transición justa de Latinoamérica y por qué es tan importante para la región desde cada uno de nuestros enfoques.
El 17 de febrero de 2021 inició la elección de integrantes del Grupo Impulsor de Jóvenes (GIJ). Este proceso, que culminará el 03 de marzo, permitirá elegir a veintiséis jóvenes de todas las regiones del país, en un espacio de amplia representación ante la Comisión Nacional sobre el Cambio Climático (CNCC). ¿Quieres participar de este proceso? Aquí te contamos los detalles.
La gestión integral del cambio climático en el Perú contempla en su gobernanza una Comisión Nacional sobre el Cambio Climático (CNCC) como espacio permanente para que el sector público y la sociedad civil hagan seguimiento a la implementación de las políticas públicas y compromisos internacionales en materia de cambio climático del país. Aunque esta comisión inició funciones en 1993, el Artículo 9° de la Ley N°30754 – Ley Marco sobre Cambio Climático (LMCC) promueve la adecuación de este espacio para permitir la participación y representación diversa de grupos de la sociedad civil.
En 2018, a través de varias de estas plataformas, las juventudes peruanas participaron activamente al brindar aportes relevantes en el proceso de construcción de la LMCC, la primera en Latinoamérica, y su reglamento. Entre las contribuciones más importantes están la inclusión del enfoque intergeneracional para la gestión integral de cambio climático, y la incorporación de jóvenes como integrantes con asiento formal en la CNCC.
En 2019, se convocaron una serie de reuniones preparatorias entre organizaciones juveniles y el Ministerio del Ambiente (MINAM) para efectivizar la participación juvenil en la CNCC. Esto desembocó en la realización del 2do encuentro con juventudes “Dialoguemos por un Perú frente al cambio climático”. Este evento permitió la conformación de un Grupo Impulsor Transitorio, que congregó a setenta y un jóvenes para conducir el proceso de creación del GIJ.
SOBRE EL GIJ Y SU COMPOSICIÓN
El objetivo principal del GIJ es impulsar y fortalecer los procesos de participación juvenil descentralizados para el seguimiento de la implementación de las políticas públicas enfocadas en cambio climático, así como generar propuestas en la CNCC. Para ello, el GIJ estará conformado por veintiséis representantes de cada región (incluyendo Lima Región), con un integrante titular y uno alterno, de manera paritaria. Después de su conformación, el GIJ elegirá a un/a representante de las juventudes ante la CNCC.
SOBRE EL PROCESO DE ELECCIÓN DE REPRESENTANTES DEL GIJ
Este proceso se realizará en dos fases. La primera permitirá identificar a los candidatos. Para esto, el requisito es tener entre 18 y 28 años e interés de participar en el proceso. La convocatoria está abierta para jóvenes organizados (que forman parte de algún colectivo o grupo) y no organizados (independientes), de cualquier región del país. La segunda fase se enfoca en registrar organizaciones juveniles que participarán como electores. Esto permitirá que representantes de todas las regiones puedan ejercer su derecho a elegir a los integrantes del GIJ.
Forma parte de la toma de decisiones para la gestión climática de nuestro país. ¡Postula a las elecciones del GIJ! La información se canaliza a través de las redes sociales del Ministerio del Ambiente.
Hasta el 2022, el colectivo tendrá la responsabilidad de dialogar y consensuar con organizaciones juveniles, otros actores de la sociedad civil, sector público, privado y la academia por una adecuada gestión ambiental en la ciudad.
El lunes 15 de febrero de 2021, integrantes del colectivo JPCC prestaron juramento como representantes de las organizaciones de jóvenes, junto a otras 23 colectividades, ante la Comisión Ambiental Metropolitana (Camet) por el periodo 2021-2022. Esto es un hito importante, pues la CAMET es un espacio clave para coordinar, concertar y proponer sobre la política y agenda ambiental en la provincia de Lima.
Hasta el año pasado, las juventudes solo podíamos participar como observadores en los Grupos Técnicos Metropolitanos (GTM) de la Camet, espacios especializados para evaluar y proponer en 5 temas: Gestión de Residuos Sólidos; Gestión y Conservación de Ecosistemas; Gestión de Calidad de Aire; Gobernanza y Ciudadanía Ambiental; y Cambio Climático y Recursos Hídricos. Sin embargo, no contábamos con voto en la Asamblea de la Comisión respecto a propuestas ambientales para la ciudad.
Desde el equipo de Incidencia Local de JPCC hemos participado en los GTM durante todo el 2020, y a mediados de ese año promovimos el Grupo Impulsor para la elección del o la representante joven. En las elecciones convocadas por la Municipalidad Metropolitana de Lima, JPCC fue elegido de forma democrática para este rol. Para el periodo 2021-2022, nos representarán Elizabeth Corzo (titular) y Claudia Vivas (alterna).
Nuestro compromiso con las demás organizaciones juveniles de la ciudad es construir justamente la representatividad desde nuestras diversidades y desde la afirmación de la condición ciudadana. Buscamos que esta representación sea un ejercicio colectivo, un espacio compartido para proponer, dialogar, construir y accionar. Actualmente, estamos impulsando una Mesa de Trabajo Juvenil para la CAMET que ya integran 18 organizaciones juveniles y que será el espacio para que nuestra representación sea efectiva, transparente y comunitaria.
Si quieres sumarte a la Mesa de Trabajo o tienes una propuesta ambiental, escríbenos a: jpcc2021@gmail.com
Las Juventudes nos pronunciamos sobre el país sostenible que queremos.
El año 2020 fue marcado como el inicio de una crisis sanitaria y económica sin precedentes. Asimismo, en los últimos meses del año pasado, se desencadenó una de las mayores crisis políticas en la historia republicana de nuestro país, que dejó como resultado las lamentables muertes de jóvenes que protestaron por un país más digno, justo e igualitario.
Protesta en Lima, 17 de noviembre. Foto: Samantha Hare
La situación política y socioeconómica nacional no está desligada de la crisis ambiental y climática global. Por ejemplo, durante el breve gobierno de Manuel Merino, se puso en riesgo la institucionalidad ambiental y la implementación efectiva de las políticas públicas ambientales, pilares para alcanzar un desarrollo sostenible y resiliente frente al cambio climático. Sabemos que son momentos decisivos, y en el contexto actual de transición, se requiere más que nunca la participación y opinión de las juventudes que fueron protagonistas del movimiento en contra de la dictadura, la llamada “Generación del Bicentenario”.
Por ello, desde el colectivo Jóvenes Peruanos frente al Cambio Climático (JPCC) propusimos la elaboración de un pronunciamiento, que manifiesta el sentir de jóvenes peruanos respecto a la necesidad de que los temas ambientales y de juventudes sean priorizados por el actual gobierno de transición (y los que vengan).
Se destacan 2 ideas principales:
La necesidad de fortalecer la participación efectiva de las juventudes en la gestión ambiental: requerimos la urgente articulación entre la Secretaría Nacional de Juventudes (SENAJU) y el Ministerio del Ambiente (MINAM) para brindar espacios y mecanismos adecuados para la participación de los jóvenes en la toma de decisiones.
Garantizar el aumento de la ambición climática, el cumplimiento de las metas de biodiversidad y la aplicación del principio de no regresión ambiental en las políticas ambientales y proyectos de ley propuestos por el Congreso de la República y el Ejecutivo.
A la fecha, el pronunciamiento cuenta con 3,098 adhesiones de jóvenes peruanos en territorio nacional y extranjero: 2,843 provenientes de jóvenes organizados de 64 agrupaciones y 255 jóvenes independientes y no organizados. Además, ha sido enviado al Despacho de la Presidencia de la República, la Presidencia del Consejo de Ministros, la Presidencia del Congreso de la República, Ministerio de Educación y el Ministerio del Ambiente. Con esto se espera concretar espacios de diálogo con nuestras autoridades para permitir que la “Generación del Bicentenario” trascienda a este título y sea protagonista de la construcción de un Perú sostenible.
Seguiremos vigilantes y abogando por todo lo que consideramos correcto.
Sin democracia, no habrá justicia ambiental, climática ni social.
Lee aquí el pronunciamiento en su versión traducida:
*Agradecimiento especial a nuestros compañeros Angela Gozme y Edison Borda Huyhua, quienes apoyaron voluntariamente en la traducción del pronunciamiento al Quechua.
Escribe: Susan Manrique, integrante del Equipo de Incidencia Nacional (EIN) de JPCC.
El 2 de febrero de cada año conmemoramos el Día Internacional de los Humedales, un ecosistema clave para el Perú, al recordar la aprobación de la Convención sobre los Humedales en Ramsar (Irán) en 1971. Desde JPCC, queremos que más personas conozcan sobre estos espacios naturales, a fin de promover su conservación y reconocer los servicios ecosistémicos que nos proveen, así como su rol para hacer frente al cambio climático.
Tras la caída del presidente de facto Manuel Merino, impulsado principalmente por las juventudes a nivel nacional, el Congreso eligió a un nuevo presidente interino de la República que, bajo un gobierno de transición, se encargará de gestionar el país hasta el 28 de julio de 2021. Francisco Sagasti, miembro de la Bancada Morada, fue el elegido.
El discurso de Sagasti, expuesto en la juramentación como presidente el martes 17 de noviembre, estuvo lleno de mensajes para las juventudes, con gestos y propuestas que -esperemos- se hagan realidad. Hemos identificado algunos temas a los que debemos poner atención y hacer seguimiento, a partir de nuestro rol de permanente vigilancia. Desde JPCC, compartimos algunos de éstos:
La Beca Generación Bicentenario
El primer compromiso del presidente fue cambiar el nombre de la beca “Presidente de la República” por “Generación del Bicentenario”, un gesto importante en memoria de Jack Bryan Pintado y Jordan Inti Sotelo, nuestros Héroes de la Democracia y el Bicentenario.
¿De qué trata? La -hasta ahora- Beca “Presidente de la República” se otorga a jóvenes profesionales peruanos “de alto rendimiento académico e insuficientes recursos para afrontar estudios de posgrado en el extranjero y que hayan sido admitidos de forma definitiva en una de las mejores universidades del mundo” (Fuente: PRONABEC).
En la última convocatoria (2020), sólo el 19% de las becas estuvo destinada a programas de posgrado en temas ambientales, por lo que resulta importante que se pueda promover que más profesionales jóvenes del sector podamos participar de esta Beca.
Promoción de la ciencia, tecnología e innovación
“Sin ciencia y tecnología no hay futuro”, dijo Sagasti. El presidente reconoció la importancia de fortalecer la gobernanza y la institucionalidad de las actividades de ciencia, tecnología e innovación, que resultan fundamentales para generar respuestas sólidas a los retos en educación, salud y -aunque no lo dijo- ambiente.
El sistema de innovación nacional necesita ser reforzado, para que las diversas disciplinas y saberes participen de éste. Las distintas entidades que forman parte del sistema (CONCYTEC, Innóvate Perú, PNIPA) deben incorporar mejoras en sus arreglos institucionales, a fin de evitar que puedan estar sujetos al gobierno de turno. La autonomía de éstas es crucial.
En el sector ambiente, tenemos a dos institutos: el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) y el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP). Éstos deben tener todo el respaldo científico, financiero y tecnológico del gobierno para continuar su labor en la conservación y uso sostenible de los ecosistemas de montaña y amazónicos, respectivamente.
La reactivación económica
El presidente hizo un llamado a los distintos actores para que se comprometan con la reactivación económica. Respondemos al llamado con un mensaje de reactivación económica sostenible, con enfoque de juventudes. Este nuevo gobierno debe considerar la reactivación sostenible y baja en carbono, fomentar los eco-negocios, la conservación productiva e impulsar la transición energética decidida hacia energías limpias, un gran pendiente de los últimos gobiernos. Asimismo, esperamos que se diseñen incentivos para el emprendimiento juvenil ambiental. Recordemos que somos el grupo más afectado en materia laboral durante la pandemia.
La autonomía de SUNEDU y otras entidades
Rescatamos el compromiso de fortalecer la autonomía de la Superintendencia Nacional de Educación Superior (SUNEDU), la Procuraduría General del Estado y al Instituto de Radio y Televisión del Perú (IRTP). Para las juventudes, la creación de la SUNEDU es un hito histórico en la reforma de la educación superior, a fin de garantizar educación de calidad para todos y todas. Creemos, además, que el Congreso debe desarrollar mecanismos legales para limitar la influencia de los intereses partidistas en universidades privadas con fines clientelistas. La educación tiene que ser un pilar del desarrollo, no una catapulta para políticos.
Además de reforzar la Procuraduría General del Estado, el gobierno debe destinar mayores recursos a las fiscalías especializadas en materia ambiental y facilitar la creación de más juzgados ambientales a nivel nacional. Es un tema de presupuesto prioritario para fortalecer la justicia ambiental en el Perú.
Igualdad de género
Se destacó que las mujeres representan el 51% de la población, por lo que se debe seguir trabajando por una sociedad que promueva la igualdad de oportunidades. Le decimos al presidente que lleve sus intenciones a acciones concretas: implementación de la paridad a todo nivel, reforma del sistema de protección a las mujeres en riesgo, fondos especiales para mujeres en el contexto de reactivación económica, entre otros.
Casi al inicio, se hizo referencia al cambio climático como “la catástrofe en cámara lenta, pero no tan lenta como creíamos”. Es decir, un desafío a la par de la crisis sanitaria global. Esperamos que esto no se quede en palabras y que el gobierno de Sagasti pueda dar prioridad, a través de la Comisión de Alto Nivel de Cambio Climático, a la actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y su implementación. Lo ideal es que comencemos a establecer un presupuesto base importante en nuestro erario nacional para la gestión integral del cambio climático. Así como hablamos de un porcentaje del PBI para educación, deberíamos hablar de lo mismo para los temas ambientales.
Las juventudes climáticas esperan que esta gestión pueda garantizar la formalización de una Plataforma de jóvenes y cambio climático, al mismo nivel que las Plataformas de Pueblos Indígenas y Mujeres. Es una gran oportunidad para implementar los enfoques intergeneracional y de juventudes dentro del sector ambiente y, para eso, esperamos un trabajo cercano con SENAJU, para desarrollar las capacidades de los funcionarios públicos del MINAM (y otros ministerios) en estos enfoques.
Con la designación de Gabriel Quijandría, a diferencia de la ministra anterior, se garantiza la sostenibilidad del trabajo técnico que está haciendo el MINAM. Invocamos al Ministro que pueda conformar un espacio de trabajo con la Generación del Bicentenario. No solo con las juventudes, sino también con el público infantil y adolescente. Tenemos mucho para contribuir.
En estos días, junto con otras organizaciones, hemos lanzado un Pronunciamiento que aborda estos temas, entre otros que nos parecen relevantes. Sabemos que no son los únicos e invitamos a que otras organizaciones juveniles compartan sus puntos de vista.
En 2018, varios países adoptaron el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, conocido como el Acuerdo de Escazú, un tratado internacional que desarrolla cuatro ejes temáticos: el derecho de acceso a la información ambiental, derecho de acceso a la participación pública, derecho de acceso a la justicia ambiental y defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales.1 El Perú firmó este Acuerdo en septiembre de 20182 y, actualmente, está pendiente de debate en la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República para su posterior ratificación y entrada en vigencia en nuestro ordenamiento legal.
Diversos colectivos, organizaciones civiles y especialistas se han pronunciado a favor de la ratificación del Acuerdo de Escazú. No obstante, desde hace unos meses, se viene desplegando una campaña de “fake news o noticias falsas” en torno a este Acuerdo. Esto se caracteriza por la difusión de información basada en conceptos imprecisos y/o ambiguos para generar desinformación en la ciudadanía alrededor de un tema controversial, lo cual no podría ser amparado ni por el derecho de información ni la libertad de expresión.3
En este caso, se abordarán los efectos de este tipo de información en el debate público, por lo que no nos detendremos en desmentir cada fake news, los cuales ya han sido tratados por diferentes académicos/as y organizaciones de la sociedad civil.4 Nos interesa dar énfasis en la importancia de la ratificación del Acuerdo de Escazú para las juventudes, y así precisar cómo la falsa dicotomía entre “defensa de la soberanía” y “la imposición de organismos no gubernamentales e internacionales” no contribuye a fortalecer el Estado de Derecho Ambiental, y cómo el principio de equidad intergeneracional considerado por el Acuerdo es clave para garantizar la justicia ambiental y climática.
La controversia suscitada respecto al Acuerdo de Escazú ubica a la ciudadanía en dos polos opuestos: los que defienden la soberanía del Estado y la no injerencia de entes externos, y otros que pretenden poner los intereses de grupos minoritarios y organismos externos por encima del “bien común”, entre “buenos” y “malos”, ”el desarrollo” (principalmente económico) versus “la protección excesiva del medio ambiente”. Eso constituye una falsa dicotomía, no sólo porque se sustenta en información no objetiva, sino porque reduce el debate a dos extremos que no existen en la realidad.5
Este instrumento internacional no va solucionar todos los problemas, aunque sí representa un paso importante para fortalecer nuestra legislación interna. Tampoco significa tener una postura en contra de las inversiones privadas, sino de apuntar a un desarrollo sostenible, que es parte de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, el cual es un plan de acción mundial a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, respetando sobre todo a los pueblos originarios que preceden incluso a los Estados modernos.
Cuando hablamos de desarrollo sostenible y medio ambiente, nos referimos también a los efectos del cambio climático en el planeta, con consecuencias potencialmente irreversibles para la humanidad. Estamos frente a un serio problema, tanto para la actual como las futuras generaciones. En ese sentido, el Principio de Equidad Intergeneracional se encuentra reconocido en el inciso g) del artículo 3 del Acuerdo de Escazú, el cual implica que las decisiones económicas y políticas de la actual generación pueden afectar positiva o negativamente en la capacidad de las generaciones futuras de alcanzar niveles de bienestar.
En tal virtud, la ratificación del Acuerdo es importante para las juventudes, pues es necesario abogar por nuestros derechos para la participación en la acción climática, la búsqueda de justicia ambiental y la debida protección de nuestros activistas y defensores jóvenes, así como ser parte de los procesos de toma de decisión en materia ambiental, con un enfoque de género e intercultural. Las juventudes están presentes tanto en áreas urbanas como rurales, tomando en cuenta que el Principio 10 de Río resalta el goce de los derechos de participación de mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, entre otros.
Recientemente, en el evento “Voces Jóvenes” organizado por la Plataforma Escazú Ahora, reunió a jóvenes defensoras ambientales que expusieron la problemática que enfrentan en sus territorios. Recordemos que el Perú está en la lista de los 8 países más peligrosos para el activismo ambiental en América Latina. 6, dos líderes ambientales jóvenes fueron asesinados: Cristian Javá Ríos, de 22 años, del pueblo Kukama Uranina, por defender su territorio comunal frente a un grupo que intentó apropiarse de este; y Roberto Carlos Pacheco Villanueva, de 34 años, por defender durante años el bosque que administraba junto con su padre en Madre de Dios.
Estos casos son muy preocupantes y requieren la inmediata respuesta del Estado, la acción colectiva de la sociedad civil y las juventudes. Con el Acuerdo de Escazú garantizaríamos un marco de protección para que estos desafortunados eventos no ocurran.
REFERENCIAS
1Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. Opinión legal: El Acuerdo de Escazú. Junio, 2020, pág. 3.
5En palabras Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL): “(…) nuestros países refutan la falsa dicotomía entre la protección del medio ambiente y el desarrollo económico. No puede haber crecimiento a expensas del medio ambiente, y no puede gestionarse el medio ambiente ignorando a nuestros pueblos y nuestras economías”.
Escriben: Marina Carbajal, Elizabeth Corzo, Claudia Vivas y Jesús Villaca
En la gobernanza ambiental de la ciudad existen espacios de concertación y acción para la formulación e implementación de políticas ambientales como la Comisión Ambiental Municipal (CAM). En Lima, contamos con una Comisión Ambiental Metropolitana (CAMET), cuya denominación se establece en la Ordenanza Nº 2256-2020. Esta instancia de coordinación local promueve el diálogo y la generación de consensos sobre propuestas normativas y de gestión ambiental, para que sean canalizadas ante los órganos de gobierno municipal para su consideración y aprobación.
Durante el periodo 2019 – 2020, representantes de diversas organizaciones juveniles asistimos a las sesiones de la CAMET en calidad de observadores. En ellas, nos informamos de las acciones de los 5 Grupos Técnicos Metropolitanos- GTM (Calidad de Aire, Residuos Sólidos, Gestión y Conservación de Ecosistemas, Gobernanza y Ciudadanía Ambiental, Cambio Climático y Recursos Hídricos) y realizamos aportes en la formulación de diversos instrumentos (Ordenanzas, Plan Local de Cambio Climático, entre otros) y en pronunciamientos como el referido a la ratificación del Acuerdo de Escazú. Dentro de los GTM, las organizaciones juveniles brindamos asesoría técnica ambiental, pero siendo la Asamblea de la CAMET una instancia deliberativa y de toma de decisiones, no hemos tenido el derecho a voto debido a la forma de participación vigente.
Elección de representante juvenil
El 21 de agosto del 2020 se realizó la sexta Sesión de la CAMET y se anunció que el 27 de octubre se llevará a cabo un proceso para la elección del representante juvenil con derecho a voz y voto en este espacio. Esta acción se enmarca en el proceso de elección y conformación de integrantes de la CAMET para el periodo 2021 – 2022. Para la elección, se definieron algunos criterios: como individuo, ser actor clave para abordar problemas ambientales prioritarios, tener intereses ambientales compartidos, mostrar actitud y disposición de participar, demostrar entusiasmo y colaboración; y como organización, mostrar cumplimiento de acuerdos y asistencia a las sesiones anteriores.
Este Grupo Impulsor nace de la necesidad de articular a nivel local un trabajo colaborativo y organizado por las juventudes. La importancia, a su vez, es garantizar la institucionalización de la representación joven bajo un modelo de representación democrática, rotativa, orgánica y transparente. Reconocemos que dentro de las juventudes existen brechas en el conocimiento e información en materia de gobernanza local ambiental y climática. Mediante esta confluencia, podremos contribuir a crear y fortalecer capacidades, para una participación plena, informada y efectiva en los espacios formales de coordinación y consulta con la ciudadanía.
Si bien esta oportunidad de participación joven en la CAMET es importante, es necesario ver el panorama completo. Debemos organizarnos, mirando a mediano y largo plazo, construyendo una agenda u hoja de ruta que represente la voz de nuestros pares y pueda ser efectivamente canalizada en la gobernanza local bajo una bandera en común: hacer frente al cambio climático y demás desafíos socio-ambientales.
Si deseas sumarte a este proceso, inscribe a tu organización aquí.
El pasado 15 de agosto se constituyó de manera oficial el Frente Peruano de Juventudes y Cambio Climático, integrado por las organizaciones Jóvenes Peruanos frente al Cambio Climático (JPCC), TierrActiva Perú, Viernes por el Futuro Perú y la Red Universitaria Ambiental (RUA). Este Frente tiene el propósito de fortalecer la participación de las juventudes peruanas en la acción climática.
Nuestro país enfrenta diversas crisis, como la ambiental, sanitaria, social o económica. No obstante, uno de los retos más grandes es la crisis climática, que afecta -y continuará haciéndolo- de forma diferenciada en la población, debido a condiciones socioeconómicas, tales como el género, origen étnico, lugar de procedencia o grupo etáreo. En este contexto, la población juvenil, siendo el 24.9% de la población peruana (y en su realidad interseccional), resulta particularmente vulnerable a los impactos del cambio climático.
Actualmente el gobierno, en sus niveles nacional, regional y local, busca tomar decisiones sobre cómo enfrentar de manera efectiva el reto que representa el cambio climático, lo cual implica mitigar sus efectos negativos, adaptarnos a las circunstancias y, por tanto, generar resiliencia como una necesidad intergeneracional. Para lograrlo, se necesita un involucramiento constante de todos los sectores del Estado y las empresas, así como la participación activa y vigilante de la sociedad civil.
Por esta razón, se crea el Frente Peruano de Juventudes y Cambio Climático, como un espacio de coordinación de las organizaciones juveniles del país en materia climática y ambiental, que permitirá reconocernos como agentes clave en la acción climática y articular nuestros múltiples intereses, consolidar agendas y posiciones en la priorización, diseño e implementación de políticas públicas que nos conciernen, especialmente las que cuenten con un enfoque de juventudes.
Este nuevo espacio se presenta como una coalición cuyo objetivo es velar por la institucionalización y fortalecimiento de la participación juvenil, en el marco de la gestión integral del cambio climático. Además, constituye un hito en la historia de la acción climática juvenil en el Perú, y esperamos se convierta en un espacio de resonancia significativo para canalizar las necesidades y oportunidades de desarrollo de las juventudes.
El Colectivo JPCC cree firmemente en la participación juvenil, con una representación plural, paritaria y democrática, como un principio y mecanismo fundamental para construir un país que haga frente a los desafíos sociales y ambientales de cara al Bicentenario de la Independencia, en cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la normativa nacional vigente y los compromisos internacionales del Perú en materia ambiental, climática y social, como el Acuerdo de París.
Para conocer más del tema, te invitamos a leer la Nota Conceptual del Frente aquí.
Escriben: Heidi Hitta, Karla Quispe y María Angélica Villasante
La red aliada en Ecuador, Red de jóvenes del Chocó Andino, hizo extensiva la invitación para participar del Tercer Festival de Chocó Andino, llevada a cabo entre el 10 y 20 de agosto, a través de redes sociales. Dicho evento busca compartir e intercambiar conocimientos, experiencias y estrategias para la gestión sostenible de territorios de importancia para la biodiversidad, fortalecer el trabajo en red en territorios rurales, su vínculo con la ciudad y la difusión de manifestaciones artísticas que fomenten una cultura de respeto entre seres humanos y la naturaleza.
El Colectivo Jóvenes Peruanos Frente al Cambio Climático (JPCC) participó en el segundo día de actividades, con la temática «Jóvenes Actores del Cambio». En este espacio, organizaciones juveniles de Latinoamérica intercambiaron saberes y experiencias con el fin de identificar y reflexionar sobre los retos y oportunidades de incluir a las juventudes en la gestión local sostenible. Las organizaciones que estuvieron presentes fueron: EcoDiálogos, Experiencias de comunicación para la transformación (Colombia); la Plataforma Boliviana de Acción frente al Cambio Climático (Bolivia); Juventudes da Central Única dos Trabalhadores de Permambuco (Brasil); la Juventud Mexicana frente al Cambio Climático (México); y la Red de Jóvenes del Chocó Andino (Ecuador).
Como parte de la experiencia peruana, desde JPCC compartimos nuestro trabajo, haciendo hincapié en los desafíos y retos que hemos atravesado como colectivo, sobre todo la necesidad de una participación informada y efectiva de juventudes en la acción climática peruana. Así también, se presentó lo que fue nuestro proyecto bandera, Suyay. Asimismo, facilitamos una de las mesas de trabajo, denominada «Juventudes y gobernanza para la gestión local», que contó con la participación de jóvenes de Ecuador, Colombia y Perú.
Durante el encuentro, se identificaron algunos desafíos comunes para la incidencia juvenil en la gobernanza local, tales como la poca difusión de las iniciativas juveniles para la articulación, poca predisposición de los gobiernos locales para la inclusión de la participación juvenil, subestimación y estigmatización de las y los jóvenes, así como la falta de recursos financieros para la ejecución de proyectos.
Finalmente, se facilitaron metodologías para identificar las necesidades y prioridades de las juventudes en los Andes. Dentro de los mayores retos estuvieron el cambio climático, la participación en la gobernanza y el enfoque adultocéntrico en la toma de decisiones, y dentro de las mayores motivaciones estuvo el activismo. Esperamos que este encuentro sea un primer paso para la articulación de la sociedad civil joven de la Región Andina.